A lo largo de estos dos últimos años ha quedado más que evidenciado que la salud mental de muchos se ha visto gravemente comprometida por la COVID-19.
Este virus no solamente ha desbaratado los sistemas cardiovasculares, respiratorios y motores, sino que se ha cebado con el sistema neurológico de muchas de las personas afectadas.
COVID-19 y diagnóstico de daños neurológicos
Al comienzo de la pandemia no se sabía con claridad si iban a quedar secuelas, ni cuales podrían ser, tras sufrir las formas más agresivas del virus. Actualmente, y casi dos años después, ya lo sabemos con certeza.
Además de las físicas, que resultan más visibles, nos hemos encontrado con algunas de difícil diagnóstico al no conocerse su estado antes del paso de la COVID-19; las secuelas mentales.
Los síntomas que se han seguido, para diagnosticar correctamente, han sido básicamente:
- Problemas de memoria.
- Cambios en la conducta.
- Estados depresivos.
- Incapacidad de comunicarse.
Para evaluar si estos están causados por el virus, se deben realizar estudios neurológicos y psicológicos individualizados, y esto implica una gran dificultad.
Si la persona afectada no es derivada a los especialistas por parte del hospital o de su médico, es muy raro que acuda per se en busca de ayuda al no relacionar los síntomas con la enfermedad.
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¿Cómo recuperar la salud mental dañada por el virus?
Se mentiría si se dijese que es sencillo.
El cerebro, como cualquier otro órgano, para recuperarse de los daños sufridos ante una enfermedad o trauma hay que ponerlo en actividad desde el momento en que haya un diagnóstico.
Y las técnicas de recuperación dependerán siempre de la magnitud del daño y de la concurrencia, o no, de los síntomas antes citados.
Hay que contar con los medios para evaluar, diagnosticar y tratar la salud mental postcovid. Nuestro centro cuenta con ellos y con tratamientos multidisciplinares que pueden ayudarte. Contacta con nosotros sin compromiso.
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